El estrés para la mayoría de las personas tiene un impacto directo sobre el apetito y, por lo tanto, muchas veces puede afectar al peso corporal. ¿Sabes por qué sucede?
Estrés agudo y falta de apetito
Si experimentas una situación muy estresante, es posible que notes que has perdido el hambre, incluso puedes perder un poco de peso en poco tiempo. Esto es debido a que el estrés agudo provoca la liberación de la hormona llamada noradrenalina y el freno del neuropéptido inferior Y, provocando una disminución importante del apetito.Estrés crónico y aumento de peso
En cambio, cuando este estrés se vuelve crónico provoca una cascada hormonal bastante diferente. Cuando experimentas estrés a largo plazo, nuestras glándulas suprarrenales liberan una hormona llamada cortisol.En situaciones normales, la secreción del cortisol por las glándulas suprarrenales nos ayuda a adaptarnos a una situación estresante, pero es muy importante que el nivel de cortisol vuelva a su situación normal después de haber pasado el acontecimiento que nos lo ha provocado.El problema viene cuando el estrés perdura durante tiempo y se vuelve crónico, ya que entonces los niveles de cortisol se mantienen elevados de manera persistente y este factor nos puede afectar en la salud y de manera concreta nos puede alterar el hambre y el metabolismo.