La influencia del otoño en el bienestar emocional
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La influencia del otoño en el bienestar emocional

por Ruth Alonso en Oct 29, 2024

Ahora que acabamos de cambiar la hora, somos más conscientes del cambio de estación.

El cambio de estación, y en particular la llegada del otoño, no solo afecta al entorno físico ( paisajes, temperatura,…) , sino también a nuestro mundo interior, es decir a nuestro organismo. Para muchas personas, esta época se asocia con una sensación de recogimiento, reducción de la actividad  y, en ocasiones, un ligero decaimiento emocional. Sin embargo, para las mujeres, especialmente aquellas que se encuentran en etapas de transición o desequilibrio hormonal como la perimenopausia, menopausia o incluso la fase premenstrual, estos cambios pueden amplificarse, afectando su bienestar emocional de manera significativa.

El factor hormonal y su papel en el estado de ánimo

Los cambios hormonales en la mujer a lo largo de la vida son un proceso natural. En etapas como la perimenopausia o la menopausia, los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan, lo que impacta en la producción de neurotransmisores claves para la regulación del estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina. Estas hormonas no solo influyen en el bienestar físico, sino también en el bienestar emocional, haciendo que las mujeres experimenten cambios en su energía, humor o calidad de sueño.

En otoño, estos efectos pueden ser todavía más intensos debido a factores externos, como es  la reducción de horas de luz solar. Es conocido que la luz del sol juega un papel crucial en la producción de serotonina, conocida como la "hormona de la felicidad". Con menos horas de sol, es decir menor exposición a la luz, muchas mujeres pueden notar una disminución en su nivel de energía y un incremento de la melatonina, la hormona que regula el sueño, lo que puede llevar a una sensación de fatiga o falta de energía.

Efectos del otoño sobre la salud física y emocional

Una vez inmersos en el otoño, caracterizado por la disminución de las horas de luz o con los cambios de colores de nuestros paisajes, es bastante habitual padecer algún síntoma físico o emocional. Los más comunes suelen ser:

Fatiga y cambios en los patrones de sueño:

La disminución de las horas con luz natural afecta la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño y que generalmente se eleva por la noche cuando hay menos luz. Con menos luz solar en el día, el cuerpo puede confundirse, aumentando la producción de melatonina durante el día y dificultando la regulación del sueño. Esto puede causar cansancio durante el día y, en algunos casos, dificultad para dormir durante la noche.

Estado de ánimo y energía:

La transición del verano al otoño puede traer una sensación de bajón, pérdida de energía o incluso ansiedad.

La luz solar tiene un papel crucial en la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo y la sensación de bienestar. Cuando pasamos menos tiempo al sol, como ocurre en otoño, los niveles de serotonina pueden disminuir, lo que puede causar sensación de tristeza, baja motivación y ansiedad en algunas personas. Este fenómeno es particularmente notable en personas que son sensibles a los cambios de estación y pueden desarrollar síntomas del Trastorno Afectivo Estacional (TAE).

Cambios en la piel y en el cabello

El cambio del clima: temperaturas más frías, disminución de la humedad en el ambiente puede hacer que la piel pierda hidratación y se vuelva más seca, tirante y propensa a la descamación; esto es particularmente importante en personas con pieles sensibles con tendencia al enrojecimiento o lo brotes de eczema. Por su parte el cabello se vuelve más seco y quebradizo, dando lugar a puntas abiertas, menos brillo y mayor caída del cabello debido al ciclo natural del crecimiento del mismo.

Factores hormonales y emocionales ligados a etapas de cambios hormonales

Las mujeres en etapas de cambios hormonales como son la perimenopausia y menopausia  pueden verse todavía más afectadas en este cambio de estacón.

Ya de por si se enfrentan a cambios hormonales significativos, como variaciones en los niveles de estrógenos y progesterona, que influyen por ejemplo en la regulación del sueño. El estrógeno, por ejemplo, tiene un papel en la producción de serotonina, un neurotransmisor que se convierte en melatonina. Cuando disminuyen los niveles de estrógeno, también puede verse afectada la producción de serotonina y, por lo tanto, de melatonina, provocando desajustes en el ritmo circadiano. Este desajuste se agrava con la reducción de la luz en otoño y así provocar síntomas como :  

  • Cansancio diurno: Al tener una mayor producción de melatonina durante el día, se sienten más fatigadas.
  • Insomnio nocturno: Aunque se sientan cansadas, pueden experimentar dificultades para mantener un sueño continuo durante la noche.
  • Aumento de síntomas de depresión o ansiedad: La menor exposición a la luz natural puede reducir la producción de serotonina, lo que está relacionado con cambios en el estado de ánimo.

Consejos para mantener el bienestar emocional en otoño

Hemos explicado que el bienestar emocional puede verse afectado por la llegada del otoño, pero existen formas efectivas de contrarrestar estos cambios:

Mantener la mente activa y el cuerpo en movimiento:

A medida que los días se acortan y las temperaturas bajan, muchas personas experimentan una disminución en su energía y estado de ánimo. Sin embargo, mantener la mente activa y el cuerpo en movimiento puede ayudar enormemente. Aprovechar la luz natural, especialmente en la mañana, es fundamental para regular nuestro ritmo circadiano y mejorar el ánimo. Salir a caminar o practicar alguna actividad al aire libre, incluso en días nublados, puede ser la clave, ya que la luz natural contribuye a la producción de serotonina, una hormona asociada con el bienestar.

Mantener una rutina estable:

Otra clave para el bienestar emocional en otoño es mantener una rutina estable, ya que los cambios estacionales pueden alterar nuestros hábitos de sueño y alimentación. Intentar ir a la cama y despertar a la misma hora ayuda a mantener equilibrado el ciclo de sueño.

Dieta equilibrada con alimentos de temporada

 Una dieta rica en nutrientes favorece tanto al cuerpo como a la mente. Los alimentos de temporada, como calabazas, manzanas y frutos secos, no solo aportan vitaminas y minerales, sino también una sensación de confort.

Practica técnicas de relajación

Algunas técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda, puede ayudar a gestionar la ansiedad que a veces aparece con los días más oscuros. Mantener el contacto con amigos y familiares, y planificar actividades que nos hagan sentir bien, también es esencial para enfrentar el otoño con optimismo y equilibrio emocional.

En definitiva, el otoño es una oportunidad de reconexión con una misma, con la naturaleza y con el propio bienestar emocional. Esta estación trae retos emocionales, pero también es un buen momento para renovarse y cuidarse.